CORRECALLES Y DESPROPÓSITOS S.A.
Arenal de san Lorenzo, Gijón a principios del siglo xx.
ZARAGOZA, 2-SPORTING, 2
La Romareda, Zaragoza. 02.10.10
Curiosa manera de abrir la jornada. Los dos equipos con agobios en la tabla a las primeras de cambio dieron un frenesí de síncopes a sus aficiones. El partido empezó con el empeño de los blanquillos por demostrar que saben jugar con criterio, la manosearon, la dejaron junto al área sportinguista y, bueno otra vez será, reculaban con el miedo en las cervicales. Ante la empanada mental que iban amasando los de Gay, el Sporting agradeció que Obradovic abriera el marcador en propia puerta. Golpe de suerte, que lo fue de efecto para enloquecer el encuentro.
Porque a partir de entonces, con otro error infantil, el que costó la expulsión de Jarosik, puso el 0-2 inesperado a los de Preciado. Sin demasiado esfuerzo los asturianos creían tener resuelto tras el penalti transformado por Diego Castro. Pero he aquí que las locuras no atienden a lógicas, por ello por primera vez en mucho tiempo el Zaragoza movió banquillo temprano e incluyó a Braulio, otro delantero, para contrarrestar la falta de un central. Riesgo total, o por fin carácter, el caso es que el hasta entonces estéril Sinama Pongolle se redimió. Un zapatazo a la escuadra y una contra resuelta con lucidez y tranquilidad pusieron las tablas a media hora del final.
Y ahí empezó el bacalao, el correcalles en el que Gabi se multiplicó, Ponzio acudió donde fuera y el recién entrado delantero sportinguista Bilic perdonó lo imperdonable, para bien de Doblas, resuello de los blanquillos y esperanza de que aún hay algo al margen de los despropósitos para ganar partidos.
No estaba nadie fino para decantar la trama, pero como buenos actores buscaron su monólogo, rompieron el centro del campo y cada ataque era una posibilidad de remate. Poco falto para que acabaran así de locos los dos equipos, mientras Mate Bilic pensará durante el viaje de regreso a Gijón en que cajón dejó el olfato de gol.
Al Zaragoza el abrir la jornada le dio responsabilidad para llevar el partido, mala suerte para regalar los dos goles, y un ataque de locura rápida para hacer pensar que un día ganará un partido. Será después del Pilar, a lo mejor habrán ido a ver a la Virgen, de momento siguen fiando todo a la locura. Para la cordura siempre hay tiempo, incluso hasta para hacer equipo, ese que ayer amagó el Sporting y evitó que se llevará la victoria de Zaragoza. De tan cuerdos que fueron parecieron los perfectos muermos.
2 comentarios
mirada -
La conciencia será un bien que sabrán aprender, con paciencia y confianza.
¿Habrá que darles un voto, al menos, no?
Incluso es sencillo contigo aprender de fútbol (no sólo es entrenar y entrenar... hay que ser conscientes del entrenamiento).
El tuyo es muy bueno.
mapi -
divisione besos