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PIERO

CERO

CERO

 

    Me han dicho que parezco un cero. Un cero de esos que ruedan y ruedan por el callejón del diez cuando estoy en un campo de fútbol. Uno de esos a los que gritan en el tendido del siete cuando estoy en los toros. Uno de esos con los que te bautiza tu padre el día que piensa que su mujer parió a un inútil congelado, un estático.

 

 

 

  El cero absoluto es la temperatura teórica más baja posible. Según la mecánica clásica, cuando las partículas carecen de movimiento.

 

 

 

    En mi deambular por las calles de la ciudad a veces resuelvo mis dudas multiplicándolas. De esa manera la resolución de los problemas se aleja, y mi mente se aísla de la realidad y empieza a volar. Desde que me dijeron que parezco un cero, la sensación de que multiplicarme no añade nada, me hace restarme, me quita energía. Tanta que ya temo el día en que mi pareja me diga eso de que soy un cero a la izquierda. La antesala de que me den puerta. La antesala de mi casa tiene una puerta que se abre hacia la izquierda, tan sencilla que hasta mi perro lo sabe.

 

 

 

   El Cero es el especialista de los anuncios por palabras en Asturias y León. Una publicación de prensa con periodicidad semanal, donde los anuncios son gratuitos, salvo los de contactos, esoterismo, profesionales y los anuncios de perros (cachorros, adultos, camadas y montas).

 

 

 

   Decidí comprarme una casa con antesala porque mi padre nunca tuvo una. En esa antesala hay una pequeña placa metálica en la pared que me sirve de portería cuando juego al fútbol con la pelota de tenis que me regaló mi padre el día que dejé su casa. El suelo de la antesala es un mosaico de baldosines, y una franja de ellos es marrón. Trazan un círculo a un palmo de la pared como las líneas en el albero de las plazas de toros. Esa línea marrón le trae de cabeza a mi perro, es una frontera imaginaria que nunca se atreve a pasar.

 

 

 

  “La historia nunca se repite, en el mejor de los casos a veces rima”. El lema que preside  http://fronterazero.blogspot.com quiere ser un llamado a: “¿Qué hacer cuando las cosas no cambian? ¿Qué se hace cuando los que la pueden cambiar son los que están especialmente interesados en que no cambien?”.

 

 

 

     La tarde en que dejó de llover después de una semana sin tregua cogí a mi perro, le puse la correa y le hice atravesar la línea marrón de baldosines de mi antesala. Íbamos a salir de una vez, no podía seguir parado, tenía que salir de ahí y dejar de ver “El ángel exterminador” de Buñuel. Cuando mi perro, casi degollado, atravesó la línea marrón de baldosines, decidí bajar las escaleras de dos en dos.

 

 

 

  El sistema binario, es decir de dos números, en matemáticas e informática, es un sistema de numeración en el que los números se representan utilizando solamente las cifras cero y uno. Es el que se utiliza en los ordenadores, porque trabajan internamente con dos niveles de voltaje (encendido 1, apagado, o).

 

 

 

   Sol, correa, perro, acera seca, andar jovial. Los escaparates relucían esa tarde de asueto, de helados para los niños, cucuruchos de pistachos para los mayores y de horchatas para los ancianos. En esas me crucé con un traje negro inmaculado, una corbata negra impoluta y una camisa de lino negro sin arruga. Un hombre de mentón rasurado, cejas recortadas y mirada inquisitiva me detuvo.

 

   —Disculpe, ¿tiene algo que hacer en las próximas cincuenta y dos semanas?

 

   La cifra era par, alejada del cero, y la decía un blanco vestido de negro. El contraste se multiplicaba, parecía que estaba dudando pero respondió mi inconsciente con premura.

 

   —¿Me está hipotecando un año entero?

   —Le estoy dando la oportunidad de amortizar en cinco años lo ganado en el próximo año. Trabaja para mí uno, tiene para gastar cuatro.

   

 

 

 

  En marzo de 2008 en Chile, salió a la calle el número cuatro de la revista Cerouno. La revista de entretención digital habla de “Partituras de ayer y hoy” en sus páginas cuarenta y cuatro y cuarenta y cinco.

 

 

 

 

    La viola de gamba tiene siete cuerdas, dicen que es el instrumento que más se asemeja a la voz humana. Puede que no la haya tocado bien nunca, pero el hecho de acariciarla hizo que un perro tras otro se acercara a mí. Con mirada agradecida, con actitud sumisa, fueron alejándose de sus dueños para seguir a la viola de gamba. Después de dos piezas, la metí en su funda y eché a andar hacia el río, los perros siguieron fielmente a la funda estampada de anillos. Sin mirar a otras personas, o animales, o números, fueron formando una cola inimaginable tras mis zapatos del cero. Al llegar a la orilla un radiocassette antiguo sonaba a pesar de que parecía que tenía las pilas gastadas, abrí la funda y saqué la viola en plena ribera.

 

 

 

 

  Onda Cero Ribera, la radio de Tudela para los oyentes de todo el Ebro. Música con cuerda y sintonía, música para cuerdos y sobrios, música para uno y para dos,  música para perros y dueños, música desde el cero hasta el cero.

 

 

 

 

   Comencé a tocar y en pequeños e inconscientes pasos los perros fueron entrando en el río. Uno tras otro, antes de que acabara mi diestra el movimiento del arco sobre las siete cuerdas por septuagésimo séptima vez, desaparecieron en el fondo. El hombre blanco de camisa negra, corbata negra y traje negro me tendió un sobre negro. No quedaba ningún perro, también la cifra del sobre acababa en cero.

 

 

 

 

 

                  

3 comentarios

MAPI -

ME GUSTA ME GUSTA, LIGERO FRESCO INGENIOSO Y MUY DIVERTIDO.

mirada -

Lo bordas, querido Piero.
Es apasionante.
Enhorabuena por la constancia, la templanza y la concentración, tienen sus frutos, y si, me gusta mucho leerte.

7 -

No podía ser que hubiera "cero" comentarios....