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PIERO

UN ATRACÓN INESPERADO

UN ATRACÓN INESPERADO

Calle Sagunto en el día de San Antonio Abad. Llegada de los labradores desde la huerta norte para la bendición de animales.Valencia. Casi cuarenta años después de la fundación, en el bar Torino, del Valencia CF en 1919.

ZARAGOZA, 3-VALENCIA, 0

La Romareda, Zaragoza.

 

 

A veces uno queda a cenar más bien tarde. Es sábado y no hay demasiada prisa. Eso les pareció a los dos equipos, que no había prisa por empezar a carburar. Se tantearon, intercambiaron entremeses en espera del plato principal. Se hizo esperar media hora larga, la que le duró el letargo también al árbitro. Natural de Antequera, puede que como el fácil chiste, antes fuera un buen colegiado, pero el despropósito y los innumerables fallos en cualquier decisión, desquiciaron al público, entra dentro de la lógica; a los blanquillos, se vieron desfavorecidos; y a los valencianistas que con la auto expulsión de Zigic parecieron tener poco que ver con el partido.

 

    Y es que la doble amarilla para la torre croata Zigic antes del descanso, dejó a los de Emery con un gol en contra y un jugador menos, grogui sin haber entrado en harina. El Zaragoza hasta entonces tenía bastante con no perder el pulso. Se lo mantenía su atinado portero, Roberto, que en una nueva demostración de reflejos y colocación, anuló las embestidas del desproporcionado Zigic hasta que el delantero decidió irse por peteneras al vestuario.

 

   En la segunda parte casi nada cambió, se retrasaron los cambios y fue en beneficio del Zaragoza, que llevando el viento a favor no tardó en sentenciar el partido. Arizmendi tras regate individual, rara avis, puso el segundo y tras un córner botado por Gabi, el gigantón Jarosik remató con el pie la faena. Tres goles que asemejan a goleada, tres goles que asemejan a atracón inesperado. No se lo creían los locales, no se levantaba de la lona el Valencia. Hasta la penosa actuación del árbitro se diluyó como un azucarillo.

 

 

  Y es que no podía imaginar el entrenador zaragocista un desenlace tan favorable ante el tercero de la tabla. En la previa había señalado que el partido contra el Valencia había que tomárselo como si fuera una final de la Champions. Ninguno de sus jugadores ha disputado una, pero acabar el partido 3-0 a los valencianistas puede que les traiga el recuerdo de aquella noche en París que partiendo como favoritos cayeron ante el Real Madrid por el mismo resultado.

 

Parecida imagen dejaron, sin Villa por el golpe recibido ante el Málaga.  La de alguien que se dejó los guantes de boxeo en casa, así que no había manera de golpear. Al menos como no llevaban guantes habrán puesto con facilidad sus jugadores el reloj en hora, la hora de pensar que para ser terceros, no se puede tirar ni la noche de sábado más corta.

1 comentario

mirada -

Vaya sorpresa, si.

:-)