AL FILO DEL PRECIPICIO
Y al fondo la catedral de Málaga. Finales del XIX. Algo antes de la fundación del Málaga, en 1948.
ZARAGOZA, 2-MÁLAGA, O
La Romareda, Zaragoza.
Dicen las leyendas del fútbol, que cuando un equipo se encuentra en la zona de la nada de la tabla, pero ve la zona de descenso cerca, le viene la tendencia a acercarse al fuego, como si tuviera una orientación a la hemorroide escondida. Y cuando en un partido los dos conjuntos presentan la misma sintomatología, entonces se multiplica.
Leyendas verdaderas o no, el ver a dos equipos cercanos al encefalograma liso, liso hace que la siesta de las seis de la tarde se agradezca. Y eso que era el partido que abría la jornada. Vino a ponerle fin el zapatazo con el que Ponzio descorchó el marcador al filo del descanso . Se abrió el partido tras la pausa-fin de siesta, y de que manera. Entonces apareció el juego por las bandas zaragocistas, los balones colgados al segundo palo, las jugadas sin control, en eso hay jugadores que se encuentran en su salsa.
Una Pda es un artilugio que acumula datos a voluntad, y eso fue lo que dieron Ponzio, Diogo y Arizmendi, voluntad infinita de tirar adelante, a veces con derroche físico inhumano, a veces con tino en las entregas, y a veces pasados de vueltas, parecía que el partido podía acabar en cualquier circuito de neumáticos recauchutados. Así parecieron los malacitanos, que con un Apoño muy justo físicamente, un Duda que hizo honor al nombre y un Baha más perdido que un colibrí en medio de una procesión de Semana Santa formaron un acrónimo algo triste. Adb, podría interpretarse como una asociación de buscadores, el problema es que en tardes como la de La Romareda, lo único que parecían buscar era el precipicio del descenso. Ni los cambios entonaron a los de Muñiz, que se encontraron a falta de un cuarto de hora del final con la sentencia. Y las sentencias en Pascua a veces parecen milagros.
Lo fue para el chileno Suazo que después de un trimestre marcó en su casa, se quitó un complejo y dio al Zaragoza el salto hacia la tranquilidad. Esa, que ahora en otro desliz al que ya se ha habituado, el Málaga ha perdido. Puede que los dos al final de la temporada hayan aliviado su hemorroide, pero de momento todavía son tiempos de pomada. En un mes largo veremos su efecto.
2 comentarios
mapi -
mirada -
Un besito dulce, (para compensar) ;-)