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PIERO

EMPATE A NULIDAD

EMPATE A NULIDAD

Jerez de la Frontera. La Feria a inicios del siglo XX.

ZARAGOZA,  0-XEREZ, 0

 

 

 

La Romareda, Zaragoza.

 

 

 

   Cuando se dan dos ceros seguidos, hay gente vidente que dice que son como unas gafas. No irían mal a ninguno de los dos equipos. Porque si algo se vio claro en el estadio es que ninguno está en lo que está. Fuera de campo, de visión y lo que es peor de ánimo y ahínco.

 

   Se las podía prometer felices el Zaragoza. Tres nuevos refuerzos, partido en casa ante el colista. Ni con los tópicos sabe lidiar el equipo de Gay. Empezó empanado y acabó con la moral cinco metros por debajo de calderas. Ni un gramo de calor quedo en las gradas, que comprobaron que hay días de enero en que es mejor pensar que ni han empezado.

 

  Los dos equipos están en la rampa de descenso, y en plena cuesta de enero, parecieron tener por único empeño el llevarse la pendiente a Segunda. El Xerez estrenó entrenador, pero ni por esas lanzó una entre los tres palos, rutinas imposibles de lavar ni fuera de casa. Se quedó con uno menos cuarenta minutos, y ni siquiera lo que parecía un infierno fue suplicio para los jerezanos.

 

  Enfrente, un inoperante Zaragoza, hizo una completa demostración de lo que no es un equipo. Sin dirección, ni enfoque, ni combinatoria, ni empeño, ni... Bueno, algo tuvo, sí, ansiedad; como la que llevó a lanzar por encima del larguero a Jorge López un balón que en el epílogo del partido podía redimir al conjunto. Fue triste ver con calambres a Diogo  a la hora de partido, a Ander asfixiado y con el cerebro de descanso dominical. Y patético ver como el nuevo techo zaragocista (1,94m), el defensa checo Jarosik, se llevaba la mayor ovación de la tarde por un disparo lejano que ni vio puerta ni motivo.

 

  El que sí que tienen los dos equipos para entonar el mea culpa. Alguno del Zaragoza puede que duerma hoy caliente, ya ha pasado el frío fuerte, pero no le cabe duda a nadie que las debilidades a estas alturas no se deben sólo a la cuesta  de enero. Un compendio de ilógicas acciones sólo puede llevar a un callejón del que su rival, el Xerez, sabe mucho. Porque en domingo de doble cero, todos parecían borrachos. De esos que esperan el balón al pié porque no se sabe si lo están. De esos que beben de todo menos Jerez, porque saben que el Jerez sube mucho. Como lo que ven cada vez más lejos los dos equipos, su empinada rampa ya no tiene freno. Ni un atisbo de fe quedó el domingo en La Romareda. Alguien les susurró que los milagros no atienden a fechas, ojalá atiendan a sus velas, porque el entierro parece que lo tengan ensayado.

6 comentarios

white -

QUizá si entonaseis cantos de súplicas a San Miguel 0,0...
No sabes lo que me acordé de ti, amigo Piero.

fermin -

Me he dado otra vuelta. La crónica estupenda y la foto genial. ¡Viva el Osasuna!

bo -

¡Qué solos y tristes se quedan los que parecen que van a descender!

Anónimo -

Las de este blog son las únicas crónicas de futbol que estoy interesada en leer.

mirada -

:-)

mapi -

dos ceros seguidos son como unas gafas

empanado yacabó con la moral cinco metros por debajo de calderas

son las que mas me han gustado, se la genialidad de un escritor


besososos