INDIVIDUALIDADES PAREJAS
Juan López de Velasco, natural de Vinuesa, en el norte de la provincia de Soria. Mediados del XVI. En 1591 es designado secretario de SM Rey, Felipe II, cronista mayor y cosmógrafo. Hombre de talento y de mayor capacidad de trabajo. Cronista, geógrafo, cosmógrafo, codificador de leyes y lingüista. Tuvo por misión lo que se salía del hábito. Retocar de manera eficaz, con las menores correcciones posibles. Deshacer las erratas propias de una impresión rápida. Censurar por gracia de la Inquisición el anónimo Lazarillo para que no perdiera personalidad.
Había echado a andar sin elegir calzado, ni sendero, ni tiempo. Ni siquiera supo porqué le vino a la cabeza aquel castellano antiguo. Recordó a Gracián : "No hay monstruosidad sin padrinos". Su caminar se hizo pendular, no dejó la senda pero serpenteaba inconscientemente, no miró alrededor, su mente empezó a buscar extremos disonantes, ripios perdidos en busca de algún fin. Las huellas que dejaba en la tierra tierna no marcaban ritmo, eran como el rastro de los acontecimientos grandes de la Historia que en realidad no pasaban a la memoria.
Levantó la cabeza y no encontró ningún cartel informativo, ni flecha indicativa de sentido o dirección. Recordó sus clases en Santiago, sus paseos en la plaza del Obradoiro con compañeros como él, que creían en la posibilidad del que enésimo intento de regeneración calará en la sociedad. Y como el relámpago que antecede al trueno le llegó la excepción que certifica que el mal no tiene patrón, que su naturaleza desviada se guía por los caprichos de la bondad perdida. Recordó los cuatro centros de lectura existentes en el XVI en España. Alcalá, Salamanca, Granada y Valladolid. Sí, qué pena. Valladolid. Porqué diantre Valladolid. La única de las ciudades con vocales distintas. La única y puñetera que le hacía descuadrar el ripio incipiente. La retorcida capital del Reino. Al diablo con las excepciones. Le dio una patada al único ser vivo que encontró en el camino. La cucaracha no rechistó, aunque no era consciente de que estaba viva de milagro.
Siguió camino absorto, elucubró a que altura se encontraba, de qué tiempo estaba hecho su andar, dónde le llevaba la caminata. No se oía nada, ni nadie, él era el único que se movía. Así que se paró. Oteó el horizonte y nada pareció tener vida. Oyó su respiración, y pensó que aún vivía. Dio gracias de haber salido de la península antes de finales del treinta y seis, vivía ahora en aquella isla desde hacía casi nueve años. La historia diría que Nagasaki siempre iría ligada a Hiroshima. Hermanos hongos hermafroditas.
piero © todos los derechos reservados
3 comentarios
mapi -
hirosima
white -
Un beso piero.
mirada -
Es cierto, somos vida, gracias a nuestros antepasados y a pesar de las patadas que hemos permitido.
Pedro, gracias por tu dedicación, este texto aunque no lo demuestra,fluyendo cada palabra con dulzura y sentimiento está muy bien documentado. Me gustó especialmente.