LLEGARON PARA QUEDARSE / 3
Mientras él aún recitaba absorto, me incliné y le besé de nuevo antes de irme, esta vez en la mejilla como si fuéramos toreros, y volví a ponerle la mano en el hombro un instante, a modo de adiós callado, mientras él se encaminaba ya hacia la bruma que ahuyenta el viento, o hacia ese exilio en el que uno ha de desprenderse aun del propio nombre.
Párrafo de la tercera parte de "Tu rostro mañana" de Javier Marías.
4 comentarios
bo -
mirada -
Pasaron los años y me ocurrió una experiencia muy hermosa, volví a sentir el goce de escuchar cada noche el sonido de las palabras.
Este párrafo que has escogido me emociona especialmente.
Gracias, Piero.
Un abrazo enorme.
mapi -
Y sin embargo su tarea va a ser la contraria, contarlo todo, hasta lo aún no sucedido
precioso
Marcos Ortega -