LLEGARON PARA QUEDARSE / 9
Robert Walser
“La falta de pretensiones es un arma, quizá de las mejores de la existencia”.
Robert Walser.
Robert Walser
“La falta de pretensiones es un arma, quizá de las mejores de la existencia”.
Robert Walser.
“No quiero convencer a nadie ni ser convencido por nadie”.
"Cuadernos". Paul Valéry. Editorial Galaxia Gutenberg/Círculo de Lectores
“El dolor y el cuerpo se descubrían mutuamente; como los amantes, no llegaban a saciarse, volvían a lanzarse uno contra otro”.
"La Hermana". Sándor Márai. Editorial Salamandra.
“El verdadero mal ha juzgado de antemano y para siempre y nada tiene que revocar; carece de ese punto de debilidad e inocencia de quien entra en el juego de los veredictos. A sí mismo no se permite discutir con las razones opuestas a él y no entra nunca allí donde se celebren juicios; debe ser soberano”.
Saúl ante Samuel. Juan Benet.
“El sol que se derramaba por las ramas se introdujo en sus ojos cansados. Los cerró.
Las grullas blancas del pañuelo de la joven Inamura volaron en el sol de la tarde, que todavía estaba en sus ojos”.
"Mil grullas". Yasunari Kawabata. Editorial Emecé.
“Y yo bebí el aliento de aquellas palabras; las bebí, las respiré, no las oí.
No hablamos más. Íbamos juntos, solos, entre el silencio del crepúsculo. Íbamos solos entre el silencio del mundo. Solos entre el silencio del tiempo. Solos para siempre. Juntos y solos, andando juntos y solos entre el silencio del mundo y del mar y del mundo, andando andando. Y todo era como un gran arco y nosotros lo íbamos pasando y al otro lado estaba nuestro mundo y nuestro tiempo y nuestro sol y nuestra luz y nuestra noche y estrellas y montes y pájaros y siempre...”
Final de "Helena o el mar de verano". Julián Ayesta. Editorial Acantilado.
Mientras él aún recitaba absorto, me incliné y le besé de nuevo antes de irme, esta vez en la mejilla como si fuéramos toreros, y volví a ponerle la mano en el hombro un instante, a modo de adiós callado, mientras él se encaminaba ya hacia la bruma que ahuyenta el viento, o hacia ese exilio en el que uno ha de desprenderse aun del propio nombre.
Párrafo de la tercera parte de "Tu rostro mañana" de Javier Marías.
John Cheever: “ Ese escalofrío que nos recorre cuando frente al otro, no vemos sino oscuridad, el reflejo de nuestra propia ignorancia”.
“Las ciudades son libros que se leen con los pies”. Quintín Cabrera.
Hay palabras que no resbalan. Aunque lleguen sin intención, nuestro pensamiento las convierte en culpables de nuestros recuerdos. Desde el día que una cita nos acompaña, no podemos faltar a su cita. He aquí un lugar de encuentro, el que quiera que las recoja, lo estéril se pierde por el campo infinito de las imágenes. Letras al fin y al cabo, del cabo de la idea al fin de la reflexión.